Para muchos usuarios de Internet, suplantar a otra persona en una red social, revelar secretos en un correo electrónico o dañar la imagen de un producto con historias falsas puede parecer simplemente una broma pesada o una venganza inofensiva. Pero a las autoridades de varios países esas bromas no les producen gracia, y están deteniendo a los autores. Leer mas.....
jueves, 7 de agosto de 2008
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